La antítesis del ‘Blue Monday’ —día más triste del año— es el ‘Yellow Day’. Según un equipo de meteorólogos y psicólogos, las buenas temperaturas y las horas de sol disponibles conforman la fórmula de la felicidad prevacacional. A estos dos factores, según eltiempo.es, se les “sumarían otros de los que no todos pueden beneficiarse: jornada compacta y la paga extra de verano”. Estos elementos nos darían la sensación de que algo bueno se acerca y afectaría al optimismo con el que afrontamos los próximos meses.
Las evidencias científicas demuestran que la temperatura y la luz solar influyen directamente en el estado de ánimo. Sin embargo, ¡cuidado con buscar la felicidad en generalidades! Ser felices no depende de que un día haga más sol. Y desde luego no va a hacer que las personas que están pasando por malos momentos se contagien de la ola de felicidad que se supone que sentiremos este 20 de junio.
Un escollo que nos encontramos en la búsqueda de la felicidad es el sesgo de negatividad, por el que interpretamos la realidad de forma que nos predisponemos a estar más tiempo en un estado de alerta y preocupados; que optimistas y relajados. Seguimos usando mecanismos evolutivos que nos ayudaban a sobrevivir en la prehistoria, aunque en la actualidad vivimos en una sociedad en la que el riesgo es casi inexistente y, por lo tanto, estos mecanismos casi nos perjudican más que nos ayudan. Sin embargo, hay esperanza, ya que podemos introducir elementos en el día a día que nos permitan cultivar un estilo de vida que favorezca el crecimiento y la satisfacción personal.
Según Dan Gilbert de la Universidad de Harvard estos son algunos puntos que se ha demostrado que se relacionan más directamente con la sensación de bienestar y felicidad. No es el secreto para ser felices, pero si se instauran como costumbre tienen su impacto:
– Calidad en las relaciones sociales: pasar tiempo con nuestras familias y amigos. Las relaciones estables y duraderas influyen en las aéreas relacionadas con el procesamiento del peligro y rebajan el estrés.
– Actividad física: cuidar la salud física y hacer ejercicio libera endorfinas que nos producen bienestar.
– Experiencias: establecer metas, tener objetivos y propósitos.
– Estar en el presente: invertir energía en lo que estamos haciendo en el presente en lugar de anticipar el futuro y/o estancarnos en el pasado.
Además, es importante que podamos permitirnos tener estados emocionales más desagradables, ya que, a pesar de no necesitarlos para la supervivencia más primaria, nos dan información fundamental sobre nosotros mismos y nuevas oportunidades de crecimiento. De hecho, uno de los elementos que influyen en nuestra felicidad es la sensación de que somos resilientes ante la adversidad. Por lo que nuestro objetivo no siempre será ser felices, sino más bien aceptar con apertura lo que nos ocurre mientras trabajamos para construir un determinado estilo de vida.
Como vemos son puntos que podemos cultivar durante todo el año y que harán que el Yellow Day no suponga una gran diferencia respecto a los demás días.