La vuelta al cole, ¿alivio o agobio?
Otro curso más, para algunos el primero, para otros el último y para otros simplemente otro más. Sin embargo, sea cual sea, tanto para los niños como para los padres supone una serie de emociones.
Volver al colegio supone muchos cambios e implicaciones de muchos tipos. Si lo vemos a simple vista implica cambio de horarios, idas y venidas, compra de libros, trasporte, acoplarse a los horarios… Y aunque al final todo acaba por ordenarse, al principio cuesta y se hace más dificil produciendo mucho agobio por parte de padres e hijos.
Para el niño las vacaciones han supuesto que ha podido dejar los libros y deberes a un lado para dedicarse a jugar, a la piscina, hacer deporte, ver televisión y demás. Además ha supuesto el no tener que madrugar y por lo tanto poder acostarse más tarde. Cuando éstas acaban, el niño se encuentra con emociones contrarias que se mezclan, por un lado la emoción del curso, el reencuentro con sus amigos, los nuevos libros, el hecho de que son un curso más mayores, etc y por otro lado el esfuerzo de volver a acostumbrarse a acostarse antes y levantarse muy pronto, por lo que es común encontrar las primeras semanas niños adormilados en las aulas, la vuelta a los deberes que cada año se hacen más dificiles, algunos tienen actividades extraescolares como deportes o idiomas que hacen que lleguen agotados a casa…
Para los padres las vacaciones suponen un poco lo mismo que para los hijos, descanso, flexibilidad de horarios, el poder apagar el teléfono de la oficina, etc. Pero sí es cierto que para éstos la vuelta al colegio y a la rutina supone mayor esfuerzo aun que para los niños. Tienen por un lado que afrontar sus propias dificultades como el propio desánimo de volver a madrugar y llegar tarde a casa cansados, volver a concentrarse en sus tareas dentro del trabajo, sus jefes, etc. Pero además supone en mucha medida lidiar con las dificultades que tienen sus hijos al volver al colegio. Cuando llegan de trabajar, algunos tarde, tienen que encargarse de los baños, cenas, deberes y sueño de los niños, que simplemente por el hecho de que a los niños les cuesta volver al horario de invierno, a ellos se les hace más dificil. De modo que la vuelta a la organización del trabajo y las tareas en casa es una de las dificultades. Además está la dificultad económica, el pago de las matrículas del colegio, los uniformes, los libros y todo lo demás que ello conlleva es algo que produce mucho agobio a los padres. Además está el hecho del poder compatibilzar el horario de trabajo con el de colegio, las llevadas y recogidas y el poder solucionar a cargo de quién se quedan los niños mientras que ellos trabajan.
¿Qué se puede hacer para lograr que ésto sea más fácil?
A pesar de todo, la vuelta a la rutina es para todos un poco descolocante y dura. Pero quizás con unas pautas sencillas sería algo más llevadero y produciría menos ansiedad:
– Se recomienda por un lado comenzar a reordenar los horarios sobre todo de sueño al menos una semana o dos antes para que luego sea más fácil acostumbrarse. Se recomienda hacerlo también en cuanto a horarios de alimentación y actividades así como de aseo personal, que en realidad van muy ligadas las unas con las otras.
– Es recomendable que antes de empezar las vacaciones se haga una revisión de uniformes y material escolar del tipo cuadernos, bolígrafos, etc que se pueden reutilizar el curso siguiente y dejarlos apartados para no tener que hacerlo a ultima hora.
– Lo mismo sucede con los libros de texto. En muchos de los colegios se hacen reventas de libros de segunda mano que puede ser de ayuda para que el costo de ésto sea menos elevado. Tanto en éste caso como en el anterior, es recomendable el dejar comprado y organizado lo que falte desde antes de las vacaciones para evitar los agobios de última hora.
– Es importante también tener planificadas las actividades extraescolares de los niños de cara a la organización de los padres sino tienen oportunidad de tener a nadie que pueda cuidar de éstos durante las horas de trabajo de por la tarde. Siempre es mejor tener ésto previsto con tiempo.
– Si es necesario, pueden hacerse hasta horarios orientativos de estudio para los pequeños, incluyendo las horas lectivas, las actividades extraescolares y las horas de estudio.
– Y sobre todo, lo más importante, a pesar de la dificultad que va implícita en la vuelta a la rutina, no olvidar las horas de descanso que se han tenido durante las vacaciones, no olvidar que se viene con las pilas cargadas y tratar de no perder ese optimismo que dan las vacaciones.
La clave para empezar con menos agobio es la organización en general, cuanto mas organizada está la jornada, más fácil resulta en general.
– Y como ayuda extra, nunca está de más añadir o cambiar pequeños detalles que hagan que el inicio del nuevo curso sea algo nuevo y diferente a pesar de la rutina. Pueden ser cosas sencillas como cambiar algun mueble, pintar la habitación, cortarse el pelo o buscar un nuevo camino para llegar a trabajar o al colegio. No hace que la rutina cambie, pero puede que resulte algo más ameno.
María Inmaculada Gortázar
Unidad de Psicología Familiar