Son muchos los tipos de crisis que se pueden dar en una pareja y todos ellos suelen venir camuflados cuando deciden acudir a un especialista a recibir ayuda.
En las primeras sesiones la pareja suele inundar la sesión con los últimos acontecimientos que han generado conflicto, que en la mayoría de los casos suelen ser anecdóticos y poco tienen que ver con la realidad de la historia en común. Además, sueles encontrarte con un estado de urgencia enfocado a resolver inmediatamente esas emociones negativas que les genera esta situación, acudir a terapia suele ser el último cartucho que queda.
Las primeras demandas que suelen presentar son muy variopintas:
-Uno de los miembros quiere tener un hijo y el otro no.
-Uno de los miembros quiere casarse y el otro no.
-Ha habido infidelidad.
-Hay un problema de convivencia.
-Hay un conflicto en cuanto a la crianza de los hijos.
-Hay continuas discusiones motivadas por cualquier mínimo detalle.
-…
Resulta complicado abstraerse de todo este ruido emocional y relacional que se da en el ámbito de la pareja, pero para una buena evaluación y una intervención posterior que sea eficaz hay que analizar todo con perspectiva histórica y con una visión sistémica de cara a deshacer este nudo, aportando nuevas perspectivas que sirvan para confrontar la realidad que cada uno de los miembros de la pareja ha contado. Si no, corremos el riesgo de entramparnos en sus discursos, que nos llevan a callejones sin salida y que no permiten solucionar las crisis.
Para conseguir esta perspectiva amplia e integral hay que sumergirse en el mundo de la pareja y de los individuos teniendo muy presente algunos factores como:
- Ciclo vital: Una de los cosas que ayuda a la hora de resolver estos problemas es contemplar la pareja como un tercer individuo del que ambos son responsables. Como si de un hijo en común se tratara, la salud de este va a estar en función de ambos, de su labor de equipo y de los esfuerzos que conjuntamente hagan para su cuidado y bienestar. Como individuo, la pareja tiene su propio ciclo vital, siendo sus necesidades diferentes en función de la etapa en la que se encuentre. Muchas de las dificultades que encontramos suelen estar relacionados precisamente con esto, a lo largo de la historia relacional van surgiendo crisis que tenemos que ir resolviendo para avanzar, cuando estas crisis no se resuelven, es cuando la pareja se queda atascada y no avanza y es cuando suelen aparecer los síntomas. Ejemplos de este tipo de problemas suelen ser parejas que acuden por no poder tener hijos, o bien porque uno no quiere o bien porque no están de acuerdo en tenerlos. O cuando los hijos abandonan el hogar y se produce el famoso nido vacío.
- Relación y pertenencia: Hay que hacer una buena evaluación de como está la relación en el momento de venir a terapia y como ha ido evolucionando a lo largo del tiempo. Para esto hay que tener en cuenta varias categorías que influyen en la relación, como la comunicación, el afecto, las relaciones sexuales, etc. Además, la pertenencia en la pareja, si ambos sienten ese proyecto en común, esa casa figurada que han creado y que ambos habitan y que les hace sentirse perteneciente a la historia en común.
- Familia de origen: Hay que tener muy presente la familia de origen de cada uno de los individuos que componen la pareja, nos va a dar mucha información de como va cada uno de ellos a las relaciones y como establecen los vínculos. Los miembros de la pareja pueden presentar dificultades en el vínculo como consecuencia del apego con sus figuras parentales por ejemplo.
- Mito fundacional: Esto es una de las cosas que siempre hay que preguntar en las primeras sesiones, como se conocieron, que fue lo que produjo la atracción hacia la otra persona, a través de que mito se sostiene la relación, si éste sigue vigente o si ha quedado obsoleto.
Estos son algunos ejemplos de la información que nos permite crear una imagen amplia de la pareja para identificar donde están los problemas. Hay que averiguar si la relación funciona en diferentes ámbitos, como amantes, como amigos, como padres, como socios…
Solo haciendo una evaluación integral, que huya de las discusiones anecdóticas y nos permita crear un mapa relacional amplio teniendo presente todas las variables anteriormente comentadas, podremos servirles de algo.
Es recomendable, cuando uno está sumergido con su pareja en un problema que no es capaz de solucionar, acudir a un especialista que nos ayude a redefinir cuales son las dificultades para poder, entre los dos, resolverlas.
Eduardo Torres Celdrán
Unidad de Psicología Familiar