El papel del psicólogo en el tratamiento de la Obesidad
Entrevista a D. Alfonso Méndez, director de la Unidad de Obesidad y Sobrepeso de Instituto Centta, sobre el papel de la psicología en los tratamientos contra la Obesidad:
¿Qué factores psicológicos influyen para que una persona tenga sobrepeso?
Se ha escrito mucho últimamente sobre los factores que influyen en el desarrollo del sobrepeso y la obesidad en las personas, pero no se puede concluir taxativamente si las personas que padecen sobrepeso u obesidad presentan estas alteraciones por sufrir algún trastorno psicológico, o si es el trastorno psicológico la consecuencia de su problema de peso.
Lo que si se desprende de las revisiones en investigación es que cada vez mas se encuentra una relación directa entre diversas psicopatologías y los problemas de obesidad y sobrepeso.
Basándonos en los datos de las últimas investigaciones en este campo se puede apuntar que tanto la obesidad como el sobrepeso ponderal estaban relacionados con problemas de orden psicológico como trastornos depresivos, trastornos de pánico, fobias, ansiedad, trastornos de personalidad, baja autoestima e imagen corporal distorsionada. Siendo los problemas de ansiedad, baja autoestima y las alteraciones del espectro depresivo las mas usuales.
¿Algunos problemas psicológicos predisponen a comer más y, por tanto, al sobrepeso: depresión, ansiedad?
Sin lugar a dudas. Como he apuntado antes, el problema de peso puede ser la causa o el efecto de una alteración de corte psicológico.
Una persona depresiva puede comenzar a no sentirse satisfecha con su cuerpo y su autoestima puede verse dañada. Para combatir esta sensación de hastío permanente puede refugiarse en la comida y en la falta de actividad, como consecuencia de su depresión, para premiarse o darse pequeñas satisfacciones que a larga van a conducir a un aumento de peso. Siendo este aumento de peso un reforzador de su estado de animo cada vez mas dañado.
Por el contrario si tenemos a una persona que padece un trastorno de ansiedad, puede combatir esos estados con la comida ya que esta sirve para calmar la ansiedad en el propio acto de masticar. Muchas veces se confunden las señales propioceptivas del cuerpo con señales de hambre que nos llevan a consumir constantemente alimentos de una forma descontrolada y sin sentirnos plenamente satisfechos por la ingesta.
Por lo tanto reaccionamos protegiéndonos de estos estados emocionales negativos a través de energéticos como la comida, ya que es identificado cerebralmente como un estado gratificante que además es la mejor forma que conocemos desde pequeños para apaciguar los estados de ánimo alterados. No obstante aprendemos a alimentarnos para calmar la ansiedad produciendo círculos viciosos interminables, y como en algunos casos llegamos a caer en hábitos peligrosos como la compulsividad, que puede desembocar en una enfermedad silenciosa como la obesidad mórbida.
¿El estrés también predispone?
En la actualidad vivimos en una sociedad donde todo se hace de una forma muy rápida. Nos levantamos con prisas, desayunamos con prisas ( en muchos casos ni desayunamos), vamos al trabajo con prisas, comemos con prisas, volvemos a casa con prisas y nos relacionamos con el entorno con prisas. En definitiva, vivimos con prisas. Vivimos en la cultura del “todo vale si es rápido y lo quiero ya”.
Estos provoca que cada vez más los buenos hábitos de vida caigan en el olvido y nos entreguemos sin ser conscientes de ello a la vorágine de la mundanal vida. Cada vez hacemos menos deporte, cada vez cogemos mas el coche para ir corriendo a los sitios, cada vez le dedicamos menos tiempo a comer de una forma responsable y saludable y cada vez tenemos menos tiempo para el ocio y el disfrute con los nuestros.
La mala alimentación y la poca o ninguna alguna actividad física son los desencadenantes de la mayoría de los problemas de peso que sufren las personas. Lo rápido y lo saludable a veces no bailan al mismo compás.
¿Cuál es el papel del psicólogo en el tratamiento de la obesidad?
Desde el Instituto Centta apuntamos que el abordaje de un tratamiento contra la obesidad y el sobrepeso se tiene que realizar de un modo multidisciplinar, donde el psicólogo cobra un valor muy importante dentro del equipo.
Es de dominio público que muchos programas de tratamiento con nutricionistas-dietistas fracasan por su alto índice de abandono y la baja adherencia al tratamiento. El trabajo del psicólogo se presta necesario pues está comprobado que la tasa de abandono disminuye y la estabilidad de los pacientes aumenta, obteniendo así mejores resultados.
Dentro de un equipo multidisciplinar, la evaluación inicial del problema donde se pueda evaluar cualquier trastorno o comorbilidad, resulta esencial para el enfoque del tratamiento y esta tiene que llevarse a cabo por un psicólogo especializado.
Por otra parte el psicólogo trabaja con los pacientes para definir unas metas realistas y asequibles, centrándose en el proceso y no en los resultados.
El psicólogo ayudará a estos pacientes a adherirse a un programa de alimentación saludable, resolviendo cualquier problema de intento de abandono y reforzando cualquier avance en el programa de tratamiento.
Trabajará a su vez para modificar los hábitos de vida insanos por unos mas saludables y ajustados a las circunstancias de cada paciente, estimulando si fuera necesario la practica de alguna actividad física indicada para cada caso en particular.
En definitiva, el trabajo del psicólogo es el que va a permitir a los pacientes establecer unas metas realistas y consolidar de una manera definitiva cualquier cambio que se produzca en los estilos de vida. Y estos cambios para que sean efectivos y eficaces necesitan tiempo.
¿Qué factores psicológicos hay que tratar?
La verdad es que no se pueden diferenciar. Cada paciente es una circunstancia y un conglomerado de síntomas.
Hay que trabajar de forma conjunta, según los datos que arroje la evaluación, en todos los síntomas por igual porque todos influyen de cierta manera en el establecimiento y mantenimiento del problema.
En la mayoría de los casos se trabajan las alteraciones del estado de animo, los problemas de ansiedad, la resolución de problemas y los problemas de autoestima, pero esto no quita que durante el programa de tratamiento afloren otro tipo de problemas que se encuentren enquistados y que hayan podido ser el desencadenante de muchos de los síntomas que presentan los pacientes.
¿Cómo sería un tratamiento para este problema?
Como comentaba anteriormente todo comienza con una evaluación inicial por parte del psicólogo especialista.
Posteriormente el nutricionista del equipo realiza otra evaluación nutricional que marcará el diseño de su programa de alimentación.
No hay que olvidar que al paciente se le piden analíticas de todo tipo donde un profesional de la medicina emitirá un informe señalando si existe algún tipo de problema metabólico que sea digno de mención.
Una vez iniciado el programa, el paciente acude a consulta una vez por semana con el psicólogo donde conjuntamente trabajaran en los objetivos marcados y quincenalmente visitará al nutricionista que será el encargado de revisar e ir modificando su programa de alimentación.
¿Porcentajes de éxito?
Esta es una pregunta difícil de contestar sin caer en demasiados tópicos. La verdad es que el porcentaje de éxito es elevado. Y si el paciente presenta una alta motivación al cambio, el éxito está asegurado.
De una forma clásica se ha combatido el problema de la obesidad y el sobrepeso atendiendo únicamente a dos pilares: la reducción de la cantidad de calorías y el incremento de alguna actividad física. Pero este enfoque arcaico no daba cabida a los factores psicológicos que pudieran estar condicionando el cambio.
En el momento que atendemos a este aspecto fundamental del comportamiento humano y trabajamos para modificar estilos de vida y sustituir malos hábitos por otros mas saludables, la perdida de peso, de una forma lenta pero progresiva y segura, se convierte en el mejor aliado para que los pacientes terminen con éxito el programa de tratamiento.
¿Qué consejos daría a las personas que tienen sobrepeso?
Lo primero que les diría es que mantengan la calma porque todo tiene solución. A veces cuesta mas y se emplea mas tiempo pero el objetivo se cumple si se hacen las cosas bien.
Una parte fundamental del programa es la auto observación. Yo les recomendaría que revisaran su conducta a la hora de comer, que registren todos los alimentos que ingieren, a que hora, donde se ha producido, que estados de animo estaban asociados a ese momento y que comiencen por ahí su trabajo de auto exploración.
La misma recomendación daría para su actividad física diaria. Y por supuesto que analicen de una forma objetiva si sus hábitos pueden estar influyendo en el mantenimiento de los problemas de peso.
Mantenernos alertas y felices para no generar estrés es nuestra misión, por lo que debemos reflexionar y analizar en la intimidad de uno mismo nuestro propio desarrollo, y cuando no llegamos a un acuerdo con el interior posiblemente tengamos que pedir ayuda o consejo profesional.