La depresión en niños es un trastorno del estado de ánimo que al igual que ocurre en adultos, resulta altamente incapacitante y cursa con un elevado nivel de malestar, siendo necesaria la intervención de un psicólogo infantil. Según la OMS, un 3% de la población infantil sufre depresión.
En la depresión en niños el psicólogo infantil es fundamental para elaborar el diagnóstico, por los escasos recursos que tiene el menor para reconocer y expresar sus emociones, manifestada a veces través de comportamientos o somatizaciones. Un psicólogo infantil puede ayudar a aclarar si estamos ante un trastorno de depresión en niños o bien se trata de un periodo de tristeza. Sea cual sea la causa del desánimo del niño, los adultos de referencia, deben atenderle y prestar atención a los síntomas asociados para poder ayudarle y buscar la ayuda de un profesional.
Las causas del desarrollo de depresión en niños pueden ser variadas, con un origen psico-bio-social, pero parece necesaria un factor de vulnerabilidad personal, familiar y ambiental que facilite el desarrollo. El psicólogo infantil puede explorar posibles causas, para plantear una intervención en función a ellas, aportando estrategias que permitan gestionar la situación.
¿Qué causas puede tener la depresión en niños?
- -Que el niño no se sienta querido por su familia y esto lo generaliza a otras relaciones.
- -Que viva en un estilo educativo demasiado estricto.
- –Pérdida de alguno de los padres por fallecimiento, divorcio, emigración, abandono, enfermedad,…
- -Que viva en un ambiente perfeccionista.
- -Que presente problemas físicos, de atención, del aprendizaje o de la conducta.
- -Que haya vivido situaciones traumáticas.
¿Qué síntomas nos avisan de que nuestro hijo necesita la ayuda de un psicólogo infantil?
- – Humor depresivo, irritable, agresividad, hostilidad e incluso cólera.
- – Actividad psicomotriz agitada o inhibida.
- – Molestias físicas imprecisas.
- – Expresión facial desanimada con escasa interacción visual.
- – Pérdida de interés hacia el entorno, juego o tareas escolares.
- – Baja autoestima, pérdida de confianza y sentimientos de inferioridad y desvalorización.
- – Sentimiento de culpa excesivo o inapropiado.
- – Ideas o conductas autolesivas como arañarse, ponerse en riesgo de forma reiterada, a veces como juego.
- – Alteraciones del sueño.
- – Cambios significativos de peso.
La intervención del psicólogo infantil debe integrar en el abordaje a la familia, el apoyo del centro escolar, y en ciertos casos incluso farmacología, ya que las consecuencias de la depresión en un niño afectarán enseguida en todos los ámbitos de su vida, generando efectos muy negativos en el desarrollo integral del menor.
María Bustamante
Unidad de Psicología Infantil