Hasta hace poco tiempo, el Síndrome de Asperger era un mundo desconocido. Actualmente se calcula que 3 de cada 10.000 personas pueden padecerlo. Sin embargo, debido a la gran desinformación existente, son muchas las personas que no son diagnosticadas hasta edades muy avanzadas y otras, incluso, nunca llegan a saberlo.
Cada vez es más frecuente que los padres acudan a especialistas para resolver cuestiones como: ¿Qué es el Síndrome de Asperger? ¿Cómo puedo saber si mi hijo/a lo tiene? ¿Hay alguna forma de ayudarle?
El Síndrome de Asperger está definido por la Confederación Asperger España como un trastorno del desarrollo que se incluye dentro del Trastorno del Espectro Autista y que afecta a la interacción social recíproca, la comunicación verbal y no verbal, una resistencia para aceptar el cambio, inflexibilidad del pensamiento, así como poseer campos de interés estrechos y absorbentes.
En líneas generales, lo más frecuente es que las personas que padecen este síndrome presenten las siguientes características:
- Dificultades en el trato con los demás y en la forma de relacionarse con el mundo.
- Dificultades en la forma de expresar lo que sienten y lo que piensan.
- Dificultad para identificar emociones, saber si una persona está triste y porqué.
- Presentan rigidez comportamental en determinadas actividades. Podemos considerar que suelen ser personas muy metódicas. Por ejemplo, a la hora de jugar, siguen las normas de ese juego sin saltárselas.
- Se caracterizan por ser personas muy inteligentes en los campos que les interesan. Por ejemplo, si es aficionado a la historia de España es capaz de saber hasta el último detalle.
El tratamiento psicológico se centra en crear un espacio que les permita desarrollar habilidades sociales y acompañarles a entender lo que sienten y piensan ellos mismos y los demás. Algunas herramientas que se implementan en terapia son los pictogramas o la agenda diaria. Esto, junto al trabajo con la familia, contribuye a generar más autonomía, que es uno de los elementos más importantes en el tratamiento para mejorar su calidad de vida.
Cabe recalcar que no hay que alarmarse, puesto que hay niños que son tímidos, que les da vergüenza comunicarse con otros, que pueden ser muy metódicos con sus cosas, pero si reconoces alguna de estas características y comienzan a suponer un problema en el día a día del niño, desde Instituto Centta te aconsejamos que te pongas en contacto con asociaciones o profesionales especializados para que puedan valorar la situación.